es eso.
simplemente muchas ganas de llorar. inevitable.
se abren dos o tres compuertas.
se escucha el tsss tss tsss de las gotas deslizando por los conductos internos de los ojos hasta caer como si fuesen niños en un gran parque de diversiones de agua y toboganes pero esta vez deprimentes y cansados y al fin splashh directo a mis ojos e in-felices y entusiastas despues de la travesía decidan volver a saltar.
asi una y otra vez.
tantas ganas de llorar que quiero sólo dedicarme a eso
por un tiempo indeterminado.
recostada en un sillón. parada frente a la heladera. en el baño mientras leo o en la ducha mientras canto. en el auto escuchando temas de gente que llora o viendo la tele sin mirarla para encontrar en alguna novelita patética mas razones para que el mar angosto de mis penas se traslade al océano y me dejen alguna vez en paz.
en todos lados llorar, hartas gotas gordas.
que me surquen los ojos como caminos sinuosos y en su capricho me dejen las huellas de la humedad delatora de que por ahi, sin lugar a dudas, se ha llorado bien.
domingo, 19 de enero de 2014
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